Busca crear una unión afectiva y emocional entre una marca o producto con el consumidor, donde el cliente se sienta identificado con lo que le están ofreciendo, ya sea por que se vinculan con sentimientos o porque lo que se ofrece va con sus valores y costumbres.
Apunta a mantener una relación duradera entre la empresa y el cliente, con un mensaje capaz de sensibilizar y hacer que los consumidores se sientan a gusto siendo también impulsores de la marca.
Crea una diferenciación identificable con la empresa y sus productos o servicios con respecto a los de otras marcas.
Si el producto no es bueno o el servicio no es de la calidad esperada, el mensaje que se intenta transmitir podría ser muy bueno por sí mismo, pero relacionar el sentimiento con la marca resultaría incongruente.