Los parámetros que pensemos que son los más representativos del tipo de cliente potencial o propenso a adquirir nuestros productos o servicios. Estas características suelen ser llamadas perfil o target del cliente, seguidor o usuario.
En la mayoría de los casos hay unas cuantas características generales que se pueden tener en cuenta para ayudarnos a clasificar esos clientes.
Por ejemplo: edad, género, nivel de ingresos, estudios, hábitos de compra, ocupación o profesión, estado civil, situación familiar (hijos o sin hijos), ubicación geográfica, grupo étnico, afiliaciones o inclinaciones políticas, aficiones e
intereses, etc.
Toma en cuenta que no es necesario que fraccionemos el análisis utilizando un sinfín de filtros y características. Pero, cuanto más precisa es una segmentación, mejor es el resultado final de cualquier estrategia.