Los clientes no son billetes, son personas que como tú, quieren lograr sus objetivos profesionales y personales de la forma más fácil que se pueda.
Además, si de verdad tu producto o servicio les encanta a tus clientes, éstos seguramente hablarán de ti en las redes, en la calle.
Lo comentarán a su familia y te recomendará a sus amigos. Como ves, sin darte cuenta, una buena comunicación con tus clientes se puede transformar en adquirir un “evangelizador” que nos paga por algo a cambio y que además nos hace “publicidad”.
La idea es que en el servicio post-venta tengas la habilidad de dirigirte a tu cliente y preguntarle cómo le va con el servicio, qué sugerencias tiene y mantenerlo al tanto cuando saques una nueva versión u otro producto relacionado.
Cada cierre de venta te permite entender mejor a ese cliente, así que ya ves la importancia de manejar cada paso con destreza y aprender a sacarle el partido que requerimos para nuestra empresa.